sábado, 2 de mayo de 2015

Nuestras aceras


En días pasados comentamos de la forma como los motorizados han tomado el control de nuestras ciudades y su idea y práctica de ir En Contra Vía. Después de escribir el tema de ir en contra vía me dispuse a caminar por el centro de nuestra amada Barquisimeto, la ciudad más limpia de Venezuela, ahhhh mundo. Decidí caminar por la carrera 21 desde la calle 22 hasta llegar a la calle 37 en busca de un soporte de hierro para hacer sopa a leña en una olla de barro comprada en Quibor, unos baqueanos me dijeron que en la esquina de la carrera 22 con calle 36 se consiguen los famosos soportes de hierro. 

Me dispuse a caminar a las tres y treinta de la tarde de un soleado sábado, deje el carro y mis pertenencias solamente con la cartera de los documentos personales y un par de billetes de veinte bolívares, nada de celular, nada de tarjetas de crédito, cero plata, en shorts y con zapatos deportivos con toda la alegría barquisimetana y mis deseos enormes de ver mi adorada ciudad en efervescencia y me dispuse a hacerlo caminando por donde debemos ir los peatones, por las aceras, respetando los pasos peatonales y los semáforos de los carros pero que de alguna manera deben servir para los peatones. 

Lleno de alegría tome la esquina del Informador uno de los diarios insignes de la ciudad y empecé a caminar por la respectiva acera, no había caminado más de cuarenta pasos cuando me encontré el primer obstáculo, había un gran desnivel o paso a nivel sería correcto decirlo en la acera, no entendí como si cada quien construyera su acera de acuerdo a sus necesidades, seguidamente continúe por esta primera cuadra sin antes no conseguir una serie de dificultades por los negocios de los buhoneros pero de igual forma por la falta de la presencia de la acera, no hay acera en algunas partes producto de nuestro tan mentado proyecto de transporte público que desde sus inicio se planteó erradamente. Cómo es posible que el país con la gasolina más barata del mundo y con las mayores reservas de petróleo probadas del mismísimo mundo decidamos hacer un proyecto de transporte público eléctrico con toda la implicación de la magnitud de una obra de este estilo? bueno nos quedamos en algunas partes sin aceras ya que rompimos todo para planear las rutas de cables y acometidas eléctricas correspondientes y cómo el proyecto no tuvo la tan mentada ayuda de la Divina Pastora en su momento pues la ciudad quedó descompuesta, descompuesta es un eufemismo.
 Sigamos con nuestra caminata y nuestras aceras, mientras mar cerca estábamos de la iglesia San José por la carrera 21 más obstáculos teníamos,  el ancho de la acera varia increíblemente, los desniveles son importantes a la hora de tomar precauciones, y su uso pasa desde la presencia de buhoneros, estacionamiento de motos hasta vía para bicicletas y motos, así estamos.  Pasar de una calle a la otra utilizando los pasos peatonales o rayados y el respeto al semáforo es tema de atención enorme incluyendo un jeep de la policía que casi me lleva por delante ya que decidí pasar por la cebra cuando el semáforo cambio a rojo y los peatones deberíamos poder pasar, además de casi atropellarme recibí el respectivo saludo policiaco. 
 Lamentablemente nosotros los peatones también formamos parte del desorden, no utilizamos las aceras, observaba como la gente caminaba por la calle compitiendo con carros y buhoneros cuando tenían oportunidad de caminar por la acera, quizás sabían que más adelante no había acera por lo tanto iban por la vía natural. NO podemos seguir así, debemos empezar a caminar por las aceras nuevamente y los responsables de poner orden deben abocarse a la tarea de cumplir con sus deberes. 

Después de unos  veinte minutos de caminata llegue a la carrera 22 con calle 36, en medio de un desorden producto de nuestro deseado progreso, los negocios estaban cerrados, es sábado y producto tanto de las nuevas reglas de descanso laboral como lo impráctico de nuestros horarios laborales ahora tenemos menos tiempo para hacer las diligencias, ya el sábado no es lo mismo que antes. De regreso decidí caminar por la carrera 22 hasta llegar a la avenida Vargas, para mí la más bonita de todas nuestras avenidas pero lamentablemente descuidada por todos, algún día rescataremos nuestra avenida Vargas. El regreso no fue diferente, las variaciones en el diseño de las aceras entre una cuadra y otra inclusive en la misma cuadra nos llevan a meditar mucho sobre el progreso, si sobre el progreso y si seguimos esto de no planificar o cambiar continuamente la planificación de la ciudad no llegaremos a ningún lado. 

Los invito a caminar, si con toda la dificultad que significa esto por los altos niveles de delincuencia pero a pesar de todos los escollos los invito a caminar y entre todos a rescatar nuestra ciudad, ya lo decía la Madre Teresa de Calcuta que el problema no era que la gente no colaborara con los pobres el problema más grave es que hay gente que no le importa que se mueran de hambre, esto lo decía la Madre Teresa de Calcula y creo que aplica para nuestra ciudad, no es que no colaboren con nuestra ciudad no les importa cómo está nuestra ciudad. 

Todos, por el rescate de nuestra ciudad tan amada y maravillosa, con un poquito que hagamos cada uno la solución es grande.  

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